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¿Son recomendables los espacios de trabajo abiertos?
En los últimos años, el debate en el sector de los espacios de trabajo sobre las ventajas de las oficinas abiertas se ha intensificado. Si bien hace años se consideraba que este modelo constituía la mejor solución contra los problemas de agobio y claustrofobia de ciertas oficinas, con el tiempo se han cuestionado sus ventajas.
La definición de oficina abierta es bien sencilla. Alude a una disposición de los lugares de trabajo sin paredes. Más allá de las cuatro paredes del edificio que alberga el conjunto de oficinas, se apuesta por espacios diáfanos, sin tabiques ni otro tipo de divisiones. La idea era superar la fase de cubículo un tanto opresor.
Sin embargo, ¿no es acaso más impersonal una ausencia excesiva de marcos? En la memoria de todos están esas oficinas amplísimas y diáfanas como las que aparecen en películas de los años cincuenta y sesenta como El apartamento. Esas largas hileras de trabajadores desprovistos de un espacio para un momento de intimidad o recogimiento, casi como peones de una cadena de montaje. ¿Es preferible eso a los espacios acotados? El debate sigue en el aire.
¿Qué ventajas tienen los espacios de trabajo open space?
Obviamente, algo tiene el agua cuando la bendicen. En otras palabras, no se puede negar que las oficinas abiertas tienen tirón. Para empezar, son funcionales y pueden ayudar a la cohesión del equipo, a lo que se conoce como ‘team building’, al eliminar esas barreras, tanto físicas como imaginarias, y dejar atrás las jerarquías que establecen las estructuras arquitectónicas.
Además, a ciertas ‘start-ups’ que empiezan les conviene el ahorro que supone una oficina ‘open space’, que bien puede realizarse en un antiguo garaje reciclado para la ocasión. De hecho, muchos de los actuales co-working surgieron de viejos y destartalados garajes que, con un mínimo de intervención, no solo salvan la papeleta, sino que resultan funcionales y versátiles.
¿Qué es lo bueno de trabajar en un espacio abierto?
Las nuevas dinámicas de trabajo, como la propia del co-working, con profesionales autónomos que pueden interactuar y colaborar en proyectos puntuales, son claras aliadas del concepto de oficina abierta. Permiten que gente de distintos sectores y perfiles profesionales pueda trabar contacto y establecer sinergias entre sí.
La ausencia de paredes favorece también espacios más dinámicos que pueden ser idóneos para determinadas actividades. O para equipos de trabajo que requieran, por ejemplo, de frecuentes presentaciones en público, actividades compartidas y ejercicios de creatividad dentro de la rutina de la empresa.
Desventajas de los espacios abiertos
Si bien esa apertura y ‘caída’ de muros puede fomentar la comunicación con los compañeros, se pueden echar en falta espacios de privacidad en el trabajo. En ocasiones, puede haber temas que requieran una intimidad que las oficinas ‘open space’ no siempre brindan.
Para ello, una opción más que recomendable es contar con salas de reuniones anexas que permitan disfrutar de esos espacios más acotados. También para que las utilice todo aquel que necesite cierto aislamiento o que prefiera, al menos por un rato, la protección de un espacio más acotado.
También hay estudios que hablan de un descenso de la productividad en las oficinas abiertas e, incluso, de una creatividad reducida al sentir la presión o las miradas de los demás.
Conclusión: dependerá del uso que se quiera dar, del presupuesto disponible y de la actividad profesional que desempeñe. No hay reglas fijas en lo tocante a las oficinas abiertas. Así, al menos, lo entendemos en Kudos, siempre del lado de la flexibilidad y la innovación. ¿Aún no conoces nuestros edificios? Selecciona una sede y planeamos una visita para que nos conozcas en persona.