Un paso hacia la eco-responsabilidad y el bienestar laboral: huertos urbanos en las empresas

El cerebro se divide en dos hemisferios: el izquierdo regula las cuestiones lógicas, matemáticas, los silogismos, todo aquello que requiere un pensamiento racional neto. El hemisferio derecho, en cambio, trabaja las emociones, las intuiciones, lo sutil…

Cuando saturamos al hemisferio izquierdo, algo por desgracia muy habitual en ciertos contextos de trabajo, el hemisferio derecho reclama su espacio: por eso nos gusta la música, el baile, la pintura o preparar una ensalada con nuestras propias manos.

El auge de los huertos urbanos en las empresas obedece, en buena medida, a esa división cerebral de nuestras facultades. Aporta muchos beneficios, pero uno de los más destacables es la conexión mano-cerebro, actividad llena de ventajas para nuestra salud mental, en el sentido más amplio de la palabra, como vienen demostrando psicólogos y neurólogos en los últimos años.

Si bien muchas personas esperan a que concluya la jornada laboral para realizar estas tareas que despejan nuestra mente, ¿por qué no llevarlas a cabo en el mismo espacio de trabajo? Veamos algunas de las razones para ello.

Ventajas de crear un huerto urbano en tu trabajo

Además de los beneficios más prácticos y evidentes, como contar con una inesperada cantidad de cebollas, lechugas y tomates frescos, hay otras ventajas que repasamos a continuación:

• Reduce el estrés y fomenta la creatividad. Lo decía el escritor Antonio Muñoz Molina en un artículo sobre sus hábitos literarios: la mayor parte de sus mejores ideas le habían llegado mientras fregaba los platos. En ese momento en que la cabeza se relaja, se producen nuevas conexiones neuronales, y surgen nuevas e inesperadas ideas. Este procedimiento sirve para labores netamente creativas, como la literatura, el guión o la copywriting publicitario, pero también para la toma de decisión, en el ámbito de la empresa, que requieren soluciones originales. Y la solución a ciertos sudokus que se plantean cada cierto tiempo en todo tipo de proyectos profesionales bien puede surgir mientras se delimita la zona de cultivo de nuestro huerto urbano empresarial y se añade abono en el bancal de plantas perennes.
• Ayuda a hacer equipo. Y programar actividades de team building. Pensemos, por ejemplo, en asignar un bancal a cada departamento y ver cómo evoluciona cada cual. Hay que sembrar, cultivar, cuidar, regar, revisar, podar… Al final de la temporada, se verá qué departamento es el más ducho en agricultura para principiantes, con el correspondiente reconocimiento. Esto mejora las relaciones laborales y el clima de trabajo.
• Llama a la acción. Limitar las jornadas laborales a sesiones de ocho horas frente a una pantalla resulta, a la larga, empobrecedor, al tiempo que puede derivar hacia inercias poco recomendables: falta de entusiasmo, pérdida de energía, etc. Un huerto urbano es una excusa perfecta para recuperar las ganas de emprender proyectos, repensar ideas, diseñar acciones… Un espacio inspirador que, en su aparente sencillez, puede actuar como palanca para decisiones importantes y positivas para el desarrollo de la empresa.
• Despierta la conciencia ecológica. Cuidar un huerto urbano con nuestras propias manos nos conecta de una manera directa, sensorial, con la naturaleza. Si bien es una versión en miniatura del universo natural, no deja de ser una representación que hace más tangibles y reales conceptos con los que trabajamos a menudo sin poder ‘tocarlos’: como sostenibilidad, respeto al medio ambiente, huella de carbono o ecologismo. El huerto urbano como un pequeño mundo de cuyos cuidados, de cuyo progreso y desarrollo armonioso, somos responsables.

Son muchas las ventajas que pueden brotar, junto a los pepinos y las calabazas, de estos huertos urbanos. 

Es otra de las ventajas de trabajar en Kudos. Contamos con los espacios de trabajo más versátiles, también para dar rienda suelta a tu lado más hacendoso.

¿Aún no has venido a visitarnos? Te esperamos. Dicen que la próxima cosecha será buena…