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¿Cuál es la postura correcta al sentarse?
No es descabellado afirmar que pasamos ocho horas tumbados (al dormir), ocho horas en movimiento (el día a día de transportes, ir a la compra, a tomar algo, al gimnasio) y otras ocho horas sentados: en la oficina.
Y eso en los mejores casos. Porque a menudo, y por desgracia, las ocho horas del ‘movimiento’ se reducen a cuatro y las ocho horas tumbadas pasan a ser seis, en beneficio de las horas sentadas, que siempre ganan.
Por eso, es fundamental evitar las malas posturas al sentarse, ya que los daños podrían ir mucho más allá de molestias lumbares para cronificarse en lesiones de complicado pronóstico y tratamiento. El primer paso para evitar dolores de espalda y futuras lesiones es la actitud.
Has leído bien. Una actitud firme y consciente respecto a tu espalda hará que no te relajes en exceso, que no arquees tu columna de manera peligrosa y que, como los buenos pianistas, sepas mantener la espalda erguida de una manera natural pero con cierta firmeza.
Para ello, cuentas con la ayuda del respaldo. Él será tu aliado en tu particular lucha por cuidar tu espalda al máximo. Se trata de que acostumbres a la espalda a buscar el acomodo del respaldo y así lograr mantenerla firme y recta el máximo de horas posibles en la mayor extensión posible de la misma. Es posible que algunas partes queden ‘al aire’, sobre todo la zona lumbar, por lo que en ese caso es útil colocar un cojín triangular para cubrir ese hueco.
Pero, ojo, mantener la espalda erguida no significa forzar la musculatura ni buscar una tensión constante. Se debe conseguir dominar la postura sin que se resienta el tronco superior, de manera natural y armoniosa, de manera progresiva hasta que el cuerpo la asimile.
Consecuencias de una mala postura al sentarse
Mantener la espalda encorvada durante muchas horas puede traducirse en un dolor lumbar que resentirá la calidad de vida, así como exigirá sesiones en el fisioterapeuta no siempre baratas ni oportunas.
Además, estas molestias pueden extenderse por la zona media de la espalda, generando más molestias, cuando no dolor, lo que no solo redunda negativamente en nuestra calidad de vida, sino también en nuestra productividad.
Porque, a la larga, una mala postura al sentarnos puede provocarnos fatiga, lo que, obviamente, hace que se haga mucho más cuesta arriba el trabajo cotidiano.
Por eso, además de la espalda excesivamente curvada, hay que evitar otras malas posturas como sentarse en la parte final de la silla, cruzar las piernas, o tener una silla mal regulada que genere posturas forzadas o incómodas. Esto no es problema durante unos minutos, pero horas así tendrán consecuencias nada agradables para tu organismo.
¿Cuáles son las mejores sillas profesionales?
¿Merece la pena comprarse una silla de escritorio, una silla ergonómica ¿Y las sillas de gamer? ¿Son realmente beneficiosas para la espalda o es mera estética? En este sentido, hay sillas cada vez más conseguidas, con reposacabezas de espuma viscoelástica, sistemas hidráulicos muy logrados para lograr la altura deseada y reclinar el respaldo al gusto y una piel pensada para no generar sudor en la espalda. Sillas, por tanto, ideales para aquellas personas que pasan horas y horas sentados, ya sea jugando a videojuegos o trabajando.
Porque, llegados a este punto, podemos afirmar que las sillas para gaming son igualmente válidas para trabajar. Además, aportarán un toque disruptivo a la decoración de tu oficina, especialmente agradecido si se trata de un espacio de trabajo abierto.
Por otro lado, las sillas ergonómicas son de gran utilidad, pero siempre que sean de calidad, ya que en ese punto es habitual que te de gato por liebre. Es decir, no todas las sillas ergonómicas lo son, así que infórmate bien antes de hacerte con una. Un truco para saber si la silla lo es es comprobar si todas las articulaciones del organismo se sitúan en un ángulo de 90 grados respecto al suelo.
También se puede consultar las horas de uso que se recomienda cada silla. Porque hay sillas pensadas para cuatro horas seguidas de uso y otras que permiten pasar ocho horas sobre su asiento sin ningún problema. Es importante tener esto en cuenta a la hora de decidirte por tu silla de confianza.
Dicho esto, descansar de la postura sedentaria cada dos horas es un factor clave para no cargar la espalda ni las piernas, evitar lesiones, liberar la tensión muscular y relajar la postura corporal. Darse un pequeño paseo, estirar las piernas y, de paso, desconectar unos minutos de las labores que estamos realizando, es mano de santo.
Como también es una excelente opción trabajar en un entorno en el que te sientas a gusto. ¿Aún no conoces la filosofía building innovation de Kudos?
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